Un pipeline en DevOps es, en esencia, una serie de pasos automatizados que permiten que el código pase desde el desarrollo hasta el despliegue en producción, de manera fluida y controlada. Estos pasos pueden incluir desde la compilación del código, las pruebas automáticas, hasta la entrega final del software. Al estar automatizados, estos procesos no solo ahorran tiempo, sino que también reducen la posibilidad de errores humanos, garantizando que cada nueva versión del software sea de alta calidad y esté lista para ser utilizada por los usuarios.

Imagina un pipeline como una cadena de producción en una fábrica. Cada paso del proceso tiene una función específica para asegurar que el producto (en este caso, el software) cumpla con los requisitos de calidad y esté listo para su uso. En DevOps, un pipeline suele estar dividido en varias etapas fundamentales

• Compilación
• Pruebas
• Despliegue
• Monitoreo

• Velocidad: Los procesos automatizados permiten que las actualizaciones lleguen más rápido a los usuarios.
• Calidad: Al incluir pruebas automáticas en cada etapa, se asegura que cada versión del software cumpla con altos estándares de calidad.
• Confianza: El pipeline elimina la incertidumbre de los despliegues manuales, lo que reduce el riesgo de errores en producción.
• Escalabilidad: Un pipeline permite que las empresas manejen un mayor volumen de cambios sin comprometer la calidad, lo cual es esencial en entornos donde las actualizaciones son frecuentes.